martes, 28 de febrero de 2012

ANÁLISIS DE LA CRISIS Y VIOLENCIA FAMILIAR I


"El Hombre es consciente de sí mismo, de los demás, de su pasado y de sus posibilidades futuras. Es consciente de su autodeterminación, de la brevedad de su vida, de que nace sin su consentimiento y perece en contra de su voluntad, consciente de que morirá antes que aquellos que ama, o aquellos que ama morirán antes que él. Es consciente de su carácter separado, de su impotencia ante las fuerzas de la naturaleza y de la sociedad. Todo esto hace de su existencia solitaria una prisión insoportable. El hombre sabe que se volvería loco si no pudiera liberarse de esta prisión y unirse, de alguna forma, a otro ser humano".

                                                (Erich Fromm. "El arte de amar". 1.956).

En primer lugar es importante dar una mirada hacia la necesidad del hombre de no estar sólo, de unirse a quien Dios ha determinado, sea una ayuda idónea para él.

Desde una mirada antropológica, La unión con otra persona es la necesidad más profunda que sienten los seres humanos. tomado de la fuente: http://www.mercaba.org/Delgado/analisis_ruptura_01.htm

El amor es un sentimiento primitivo plasmado en los genes humanos, un carácter básico y esencial de la humanidad que se manifiesta de las formas más complejas y sublimes.

En realidad, cada historia de amor es única y su final imprevisible. A veces el romance es intenso y duradero, mientras que en la mayoría de los casos la pasión del enamoramiento se transforma en lazos más estables de cariño y amistad. Pero en bastantes ocasiones, la unión de la pareja debilita su intensidad, se apaga y es invadida por el resentimiento y el desamor.

Cada era produce su forma única de patología psicosocial. En estos tiempos, el "narcisismo" es la aflicción que más socava nuestra capacidad para superar los retos y conflictos que necesariamente nos plantean las relaciones afectivas. La personalidad narcisista implica sentimientos de prepotencia y de supremacía moral, la convicción de que el ser humano es el centro del universo, dueño total de sus actos y poseedor de la verdad. Los hombres y las mujeres narcisistas están emocionalmente extasiados, ensimismados, no se pueden unir ni identificar con otra persona porque son incapaces de suspender su desconfianza e incredulidad en el prójimo, lo que les permitiría entrar con amor e imaginación en la vida de los demás, vivenciar genuinamente sus circunstancias y respetar su existencia independiente.

La accesibilidad a la separación y el divorcio ha coincidido con un verdadero disparo de las cifras de parejas oficialmente rotas, pero este hecho no nos explica qué es realmente lo que hace fracasar tantas uniones, ni tampoco por qué existen tantas parejas desavenidas, que aún contando con un acceso relativamente fácil a la ruptura, continúan viviendo infelices en su relación.

La vieja noción de que las parejas desgraciadas deben continuar unidas por el bien de los hijos está dando paso al nuevo concepto de que los matrimonios profundamente infelices y sin esperanza de arreglo deben terminarse precisamente para poder salvar, entre otras cosas, el bienestar de los hijos. Los niños no suelen percibir la separación de sus padres como una segunda oportunidad, pues a menudo sienten que su infancia se ha perdido para siempre, y esto es parte de su sufrimiento. Sin embargo, la ruptura también ofrece a los hijos nuevas posibilidades de vivir en un hogar seguro y apacible. Existe amplia evidencia que demuestra que un matrimonio plagado de conflictos daña a las criaturas y que los pequeños se benefician de su disolución.

A pesar de que en la mayoría de los países las leyes permiten la ruptura de mutuo acuerdo, sin necesidad de buscar un culpable, resulta verdaderamente sorprendente la intensidad de la violencia que muchas parejas están dispuestas a infligirse el uno al otro. Al mismo tiempo, la confusión y la soledad que sufren las parejas rotas son tan devastadoras que la construcción de una nueva vida parece inalcanzable. Los estudios más recientes al respecto muestran consistentemente que la gran mayoría supera con éxito este trance y establece relaciones amorosas nuevas, auténticas, dichosas y duraderas.

La oportunidad que ofrece la ruptura es poder crear una vida nueva, crecer emocionalmente, restaurar la dignidad y fortalecer la capacidad para establecer relaciones íntimas felices.

La existencia es una sucesión de retos que se plantean como reflejo inevitable del continuo progreso de la humanidad. Nunca hemos vivido mejor, y nunca el hombre y la mujer han dispuesto de una mayor variedad de opciones y caminos para buscar su bienestar, su realización y su felicidad. Pero, al mismo tiempo, la vida se torna cada vez más compleja y las encrucijadas ante nosotros cada vez más difíciles. Sin embargo, las decisiones espinosas y angustiantes que abordamos, en definitiva nos enriquecen porque nos fuerzan a conocernos mejor, a elegir entre múltiples alternativas y, sobre todo, a acercarnos y unirnos a los demás.

En cuanto al otro tema objeto del presente estudio, la violencia, nos lleva a constatar que la agresión maligna no es instintiva sino que se adquiere, se aprende. Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan y desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia.

"La única forma de aprender a amar es siendo amado. La única forma de aprender a odiar es siendo odiado". (Ashley Montagu.  "La agresión humana".- 1.976).

Los seres heredamos rasgos genéticos que influyen en nuestro carácter. Pero nuestros complejos comportamientos, desde el sadismo al altruismo, son el producto de un largo proceso evolutivo condicionado por las fuerzas sociales y la cultura.

La violencia constituye una de las tres fuentes principales del poder humano, las otras dos son el conocimiento y el dinero.

En la complicada trama de las relaciones amorosas existen dos situaciones que evidencian con una dureza sorprendente cómo el amor y el odio se entrelazan en el corazón humano: nos referimos a los celos y a la ruptura de la pareja.

En el fondo un amargo resentimiento acompaña a la metamorfosis del amor en odio. Resulta increíble el grado de crueldad y de destrucción que tantos miembros de parejas rotas están dispuestos a infligirse mutuamente.



Las pasiones juegan, efectivamente, un papel determinante en nuestro comportamiento y representan fuerzas más impetuosas y vehementes que los propios instintos. Los hombres torturan y matan por venganza, no por instinto. Las pasiones instigan la envidia y la destrucción, pero también impulsan la autonomía y el amor. Son el combustible de las tragedias humanas, pero también de los ideales. Las pasiones, por lo tanto, pueden transformar a los seres humanos tanto en malvados como en héroes.

La experiencia que más nos predispone a recurrir a la fuerza despiadada para aliviar nuestras frustraciones es haber sido objeto o testigo de actos de agresión maligna repetidamente durante la niñez. Con el tiempo optan por el camino de la agresión para solventar conflictos y, una vez alcanzada la madurez, reproducen el ciclo de violencia maltratando a sus propios hijos.

 Todo lo anterior, nos lleva a que alimentemos una cultura que fomente el crecimiento y el desarrollo saludable de los niños, potenciando una educación en valores humanos, que neutralice las fuerzas sociales desestabilizadoras y que busque construir una convivencia más generosa, más justa, más participativa, y más esperanzadora. Porque el sufrimiento, el desperdicio y el coste humano que ocasiona la violencia son extraordinarios. Así pues, como conclusión del presente trabajo, se apuesta por el apoyo a las familias en dificultades y en crisis mediante la intervención de profesionales expertos en Orientación y Mediación Familiar, mecanismos actuales de intervención que representa un auténtico antídoto ante brotes de violencia familiar.

domingo, 26 de febrero de 2012

TU POETA (ALEX CAMPOS)


Cuando desperté allí estabas tú
Aquella mujer con la que soñé
Le vestí la piel sus labios bese
Y su corazón allí me refugie
Late el corazón late voy por vos
Y si canto y lloro canto para ti
Mi vida entera toda te la doy
Ya no tengas miedo yo aquí estoy

Coro
Tú poeta tu verano
El silencio de mi vos diciendo te amo
Mi princesa mi primavera
Mi ternura y mi amor por vez primera

Me conoces bien siempre te amare
Aunque estemos lejos yo aquí estaré
Seré tu poema tu razón de ser
Tu serás mi reina mi única mujer
Tu serás mi aliento serás mi edén
Mi eterno romance confidente fiel
Niña consentida amor de mí ser
Agua de este río que yo beberé

Coro
Tú poeta tu verano
El silencio de mi vos diciendo te amo
Mi princesa mi primavera
Mi ternura y mi amor por vez primera

Tú poeta tu verano
El silencio de mi vos que dice te amo
Mi princesa mi primavera
Mi ternura y mi amor por vez primera
Soy un niño enamorado
El diseño de tu sueño en mi plantado
Consentida mariposita
Prisionera de este amor que no se rinde

Nunca me cansare de amarte solo le pido al Dios del cielo que me haga mejor para ti.
Fuente: musica.com

sábado, 25 de febrero de 2012

La familia, pirámide de poder


La familia es aquel sitio donde uno deja de ser solitario fugitivo.
La familia es el eterno retorno a uno mismo, el pasado y el destino.
Es la piedra fundamental de quienes somos, lo que queremos.
Es el fuerte que siempre resiste los dolores, lo que tememos.

La familia es fuente de amor inagotable, y sentido del amor mismo.
La familia es el poema de todos los poemas de amor jamas escritos.
Es el grupo de personas que la conforman, y cada una de ellas.
Es con quien compartir pasiones e intrigas, triunfos y tristezas.

La familia es un centro de poder, y ese poder es la confianza.
La familia existe adentro nuestro adonde quiera que uno vaya.
Es la camadería de un hermano, el ceño fruncido del padre.
Es aventuras de primos, paciencia de abuela, cariño de madre.

La familia es todo lo que importa confiar, y creer, y mantener.
La familia es aquello más venerable, lo que nos hace crecer.
Es todo esto y tantas cosas más, es fuego, agua, tierra y viento.
Es norte cuando estamos perdidos, descanso, palabra de aliento.
( Juan Aldovio )

LA CASCARA DE HUEVO


“¡Te odio, Alicia!”, le gritó Tom. “¡Más nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!”
“¡Eh, que dices!”, llamó el abuelo, que venía por el pasillo. “¿De qué se trata toda esta gritería?”
“Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice”, gritó Alicia desde su habitación. “¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vaya a entrar en mi habitación!”, terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí.
“¡Silencio!”, ordenó el abuelo. Les hizo señas de que les siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
“¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!”, le dijo el abuelo. Los niños se preguntaban dónde se dirigía el abuelo con todo esto, pero Alicia obedeció.
“¡Ahora, tú, pon el huevo de regreso dentro de la cáscara. Por favor, en la misma forma en que estaba antes!”, le dijo el abuelo a Tom.
Tom frunció el ceño. “¿Qué quieres decir?”, le preguntó. “Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto”.
“¿Igual que Humpty Dumpty, no?”, dijo el abuelo con una risita. Entonces se puso serio. “El punto es que hay otra cosa como Humpty Dumpty, algo que NO puede ser arreglado fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como componer un huevo”.
Ambos niños se sintieron mal. “Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras”, les advirtió el abuelo. “Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras. Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que se desaparezcan”.
“Lo siento”, Tom le dijo a su hermana.
“Sí, … bueno,… yo también”, contestó Alicia. “Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas”.
¿Qué tal Tú?
¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? Aun cuando te disculpas, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste. Pídele a Dios que te ayude a controlar tu lengua.


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Saberse comunicar

Dialogar es importante. El primer paso del diálogo entre dos personas es el hablarse y, a veces, el escribirse. Es importante decir las cosas, especialmente las cosas bonitas.

Comunicar con profundidad. Es importante comunicar tus emociones: “me siento solo”, “tengo problemas”, “he fracasado y me duele mucho”, “me sentí muy feliz”.

Pequeños detalles. El amor hay que cultivarlo con detalles. Por eso, no debe faltar en la pareja la entrega de pequeñas cosas que motivan a que el sentimiento fluya.

Derrotar el cansancio. El cansancio es el reto que la comunicación debe superar. Cada uno, en su trabajo da lo mejor de sí y, luego, no tiene energías para seguir dándola.

LA SOCIEDAD ACTUAL

En la actualidad, la sociedad se enfrenta a grandes desafíos, que de alguna u otra manera, deja sin argumentos muchos de los procederes y estrategias para afrontar las mismas circunstancias en un pasado, que hoy ha evolucionado junto con sus conflictos y percepciones dentro de un mundo en gran manera gobernado por la juventud.


Recientemente, en un debate abierto dentro de un grupo virtual, donde varios psicólogos y profesionales de las ciencias sociales y humanas, analizamos la problemática de los jóvenes en varios de los contextos de la sociedad actual, donde el anarquismo y las exigencias de la excelencia que el mundo globalizado de hoy presenta, siendo más competitivo, arrogante y drástico. 


Son los jóvenes de hoy, los que están construyendo un mundo para el futuro, y la pregunta en cuestión sería: ?Qué herramientas y aportes les estamos aportando, para construir dicho futuro?.


Como padres nos enfrentamos al desafío de preparar jóvenes, que cumplan con las competencias y exigencias que su entorno demanda de ellos, a fin de que sean ciudadanos de bien, en el sentido material y profesional de la palabra; no obstante, nos cuesta reconocer lo asustados que emprendemos dicha labor, donde no hay cabida para el error, y si hemos de cometerlos, sólo veremos sus consecuencias en la práctica del desafío, valorando los resultados en la interacción entre joven-sociedad.


Pero nos olvidamos de cuán asustados ellos están.  Ya que el mundo que desconocen, y al cuál deben enfrentar de manera activa, cierra cada vez más puertas de valoración en base a la ética y la moral, y por el contrario, les abre todo un mundo lleno de libertades, humanista, donde el único limite que algunos llegan a conocer, es el que impone su dolor por las propias acciones.  Sin embargo a gritos piden un direccionamiento eficaz que lejos de la súper-protección, los tome de la mano para afrontar lo que están por conquistar.


El fácil que dentro de un mundo de revoluciones sociales, nos encontremos en el camino a jóvenes con mentalidades revolucionarias, con manifestaciones supeditadas por la influencia de quienes dirigen sus conocimientos, sin embargo, son mentalidades conformistas (pintadas de inconformismo) impregnadas por las tendencias socio-políticas y sus conflictos, impregnándolos de un resentimiento social, que ha generado la idea errada de revolución; sin herramientas cognitivas para liderar, más que el inconformismo, la critica rebelde, y la irreverencia social. Si bien los jóvenes de hoy son más suspicaces, inteligentes y agresivos en el buen sentido de la palabra; necesitan así mismo mayor direccionamiento, calidez y claridad de un mundo que nace a partir de cada individuo.  Lo anterior con el fin de construir líderes con excelencia y valores que gobiernen el mundo de mañana, de lo contrario, cómo se puede construir un futuro sin el respeto en el discurso y la apreciación por el entorno?


Fue para mi sorprendente, pero a la vez grato; que muchos de los profesionales opinaran lo mismo. Donde la única conclusión que nació fue la mayor exigencia que tenemos nosotros como facilitadores y generadores de ejemplo a su alrededor, los que debemos generar cambio desde nuestra inmediatez, a partir de la construcción de tejido social con valores éticos y morales, creando consciencia en los jóvenes; que no es la universidad por donde ellos pasan, sino la universidad que pasa por ellos: así lo describió uno de los profesionales participantes.



Según Gisel González, "los paises están frente a nuevos retos que trae consigo el proceso de globalización. El desarrollo de las tecnologías de la información y las nuevas modalidades de hacer negocios plantea retos donde precisamente la generación de empleo productivo que demandan los jóvenes de hoy, entendiéndose que el futuro está en manos de las nuevas generaciones.
jóvenes, considerados como "estudiosos, hábiles y creativos"Por esta razón es importante incorporar a los jóvenes estudiantes al proceso de crecimiento económico del país, siendo un aporte para los mismos y pudiendose enfrentar a competencias a nivel global mejorando cada dia. Las nuevas propuestas de desarrollo social deben salir de los líderes de las diferentes casas de estudios, universidades, colegios públicos y privados .
los niños desde primaria y hoy los jóvenes de bachillerato, tengan formación económica y financiera, formacion en valores morales, humanos y tecnicos para que sean más fuertes, mucho más capaces de tomar decisiones, buenas decisiones y, fundamentalmente, para que sean más libres. Teniendo encuenta VALORES ETICOS Y MORALES EN TODO MOMENTO." 

De igual manera, una respuesta para tomar en cuenta fue la siguiente:

Marly, saludo cordial y gracias por la invitación. Recurro a una frase de Marshall McLuhan:
"El problema en Latinoamérica es que padres y docentes estamos educando jóvenes para un mundo que ya no existe"
Me sorprende ver cómo universidades gradúan semestre a semestre, jóvenes con un alto grado de inmadurez en "Inteligencia Emocional" "Inteligencia espiritual" como también en "Inteligencia financiera".
En el mundo global y competitivo de hoy no triunfa el más preparado académicamente, lo hace quien tenga estos tres tipos de i nteligencia.
No basta asistir a un centro de estudios para obtener un conocimiento que, más temprano que tarde, será obsoleto. Bien lo dice Robert Kiyosaki en un excenente libro PADRE RICO PADRE POBRE:
"En el rápidamente mundo actual, ya no cuenta tanto lo que usted sabe, porque a menudo su conocimiento ya es obsoleto. Lo que hoy cuenta es la velocidad con que aprende".
El caduco sistema educativo lleva a muchos jóvenes a salir al mercado laboral sin el mínimo conocimiento de cómo funciona una empresa o una organización.
La gran mayoría sale a ser parte del problema y no de la solución. (Guillermo Gomez)

Lo anterior lo dejo a su disposición, a fin de crear conciencia de la magnitud de la problemática, pero al mismo tiempo, de la gran responsabilidad que tenemos.

Marly.

Familia, pareja y ecología psicosocial.

Familia, pareja y ecología psicosocial. 

"La familia es la más adaptable de todas las instituciones humanas: evoluciona y se amolda a cada demanda social. La familia no se rompe en un huracán, como le sucede al roble o al pino, sino que se dobla ante el viento como un árbol de bambú en los cuentos orientales, para enderezarse de nuevo".

                                                (Paul Bohannan,  "Todas las familias felices".-1985).

La familia es la institución paradigmática de la humanidad. El medio singular donde se establecen las relaciones más íntimas, generosas, seguras y duraderas. Los lazos familiares constituyen el compromiso social más firme, el pacto más resistente de apoyo mútuo, de protección y de supervivencia que existe entre un grupo de personas. La organización familiar se establece y perpetúa sobre la base de profundas necesidades emocionales, arraigadas costumbres y poderosas fuerzas socioculturales que se nutren de principios e incentivos económicos, políticos, legales y religiosos.
                        No se conoce otro ambiente social tan pródigo en contrastes, paradojas, conflictos y contradicciones. De hecho, la familia es simultáneamente el refugio donde el individuo se aleja y protege de las agresiones del mundo circundante y el grupo con más alto grado de estrés. El centro insustituible de amor, apoyo, seguridad y comprensión y al mismo tiempo, el escenario donde más vivamente se representan las hostilidades y rivalidades entre los sexos, las tensiones intergeneracionales y las más intensas y violentas pasiones humanas. El hogar es a la vez el foco de la generosidad y la abnegación, y el núcleo de la mezquindad y el interés.
                        En cierto sentido, la institución familiar nos ofrece un punto obligado de referencia, que permite observar y analizar la naturaleza y el comportamiento humanos, la evolución de los procesos psicológicos y sociales más básicos y la lucha de la pareja por una mejor calidad de vida, por su propia realización y supervivencia. Sin embargo, el estudio profundo de la vida familiar es muy dificil. El hogar constituye una de las esferas más íntimas, privadas y ocultas de la existencia humana.
                        A lo largo de la historia, la familia ha evolucionado de acuerdo con los cambios en las costumbres, normas sociales y valores culturales del lugar y de la época. Como institución, ha ido transfiriendo poco a poco sus funciones proverbiales a otros organismos externos especializados que ha creado la sociedad.
                        Hasta hace relativamente poco, el matrimonio era una función necesaria y esencial de la institución familiar. Hoy, sin embargo, se busca antes que nada la relación amorosa. Los demógrafos constatan que en las sociedades occidentales, las parejas contraen matrimonio más tarde que nunca y, cada día, más hombres y mujeres optan por permanecer solteros.Sin embargo en la unión marital, se ha consignado el valor de seguridad y carácter sagrado que aporta a la familia, donde su consigna data desde la Biblia, siendo el hombre y la mujer unidos bajo la bendición de Dios como ya no dos, sino una sola carne, dónde  la mujer ya no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino su marido; y su esposo ya no tiene potestad sobre su cuerpo, sino su esposa. y en la media que se respete dicho pacto, su sanidad en el núcleo familiar construirá lazos fuertes que se reflejarán en todas las áreas. 
                        La familia extensa tradicional, constituida por padres, hijos, abuelos, tíos, primos y sobrinos en cercana convivencia es cada vez menos frecuente (de allí el aumento del deterioro social, aumento de crisis psicológicas, drogadicciones y suicidios) . Como contraste, la familia llamada nuclear, más reducida, autónoma y migratoria, compuesta solamente de padres y pocos hijos, es el caso más común - en España representa el 64% de los hogares -. Entre las nuevas formas de relación familiar en auge se incluyen, además, los matrimonios sin hijos, las parejas que habitan juntas sin casarse, unas con hijos, otras sin ellos; los segundos matrimonios de divorciados que agrupan a niños de orígenes distintos, y los hogares monoparentales de un solo padre, generalmente la madre, bien sea separada, divorciada, viuda o soltera. La rápida proliferación de estos nuevos tipos de familia poco convencionales llama aún más la atención si se tiene en cuenta la lentitud con que la sociedad, sus gobiernos y sus líderes se adaptan a ellos y la escasez de infraestructuras y políticas sociales y económicas que los faciliten.
                        La familia está inmersa en la ecología psicosocial del momento. Su esencia y estructura están impregnadas y moldeadas por los valores culturales de la época. Estos cambios evolutivos dan lugar a que la función y el carácter de la pareja sean constantemente debatidos y escudriñados. Los nuevos modelos de relación de pareja se basan en expectativas de igualdad un tanto idealizadas. Como consecuencia, a la pareja de hoy se le exige no sólo ser mejores amigos, compañeros íntimos y cónyuges sexuales, sino la realización profesional o laboral de ambos fuera del hogar y la mutua participación activa en el cuidado y educación de los hijos.

La figura de la madre.

La imagen emblemática de la madre, esa mujer generosa, omnipresente y resignada, cocinera ideal, ama de casa segura, discreta, sufrida y siempre rebosante de instinto maternal, está siendo vapuleada violentamente en el escenario moral donde hoy se debate la nueva maternidad. Las mujeres occidentales, acosadas por esa figura idealizada de madre, se sienten a disgusto frente a un papel que, aunque quisieran, no pueden desempeñar. Atrapadas entre esa ficción maternal imaginaria, las exigencias de la calidad de vida y las realidades económicas, las mujeres de hoy buscan desesperadamente y a tientas una nueva definición de buena madre.

No obstante, hoy se acepta que las mujeres que viven una relación equilibrada entre la familia y sus ocupaciones, tienen mayores probabilidades de adoptar una disposición constructiva y optimista con sus hijos que aquellas que se sienten atrapadas en su papel de madre o subyugadas en el trabajo.

La figura del padre.

El primer desafío que se plantea un padre es elegir su misión, su papel, la personalidad que va a caracterizar su identidad dentro del ámbito doméstico. Hay padres que escogen el papel del "hombre cazador primitivo" que necesita estar totalmente libre de las responsabilidades de la crianza de los hijos para poder proveer o proteger a la madre y a la prole. Otros representan el personaje del "·rey mago" que, estando casi siempre fuera de casa, nunca retorna al hogar sin traer regalos para todos. Ciertos padres adoptan el modelo del "amigo", del compañero, y no tienen una presencia real hasta que los hijos no son lo suficientemente mayores como para hablar con conocimiento de temas que a él le interesan. Otros desempeñan la misión de "autoridad moral suprema", de gran inquisidor o de juez que dictamina lo que está bien y lo que está mal, carácter que confirma la madre abrumada que, al caer la tarde, advierte a sus hijos traviesos: "cuando llegue vuestro padre os vais a enterar". Aunque estos papeles pueden diversificarse, superponerse o conjugarse en un solo patrón de paternidad, todos coinciden en una característica: el ejercicio de la responsabilidad paterna a distancia, la cobertura, la protección, y la figura a seguir para los varones de la familia; los cuales cuando empiezan su despertar luego de los 13 años, deben contar con la guía paterna para diferenciar el interés por el mundo femenino que empieza a rondar en su mente, y el cual necesita de ese acompañamiento paterno, de la buena comunicación para no desviar sus instintos; sin olvidar que los jóvenes por mucho que se les instruya, siempre aprenden por ejemplo e imitación de su figura paternal. 

En la vida cotidiana, el padre es el eslabón débil de la cadena afectiva que enlaza a los miembros del clan familiar. A lo largo de la historia del hogar, los padres han brillado, sobre todo por su ausencia. Cada día hay más niños que son criados solamente por la madre. En Estados Unidos, un 23% de los menores de 18 años viven actualmente solo con la madre, el doble que hace veinte años. En España, en 1991 había 242.000 familias monoparentales configuradas principalmente por mujeres solas con hijos menores de 18 años a su cargo. Por otra parte, estudios recientes indican que incluso en hogares donde el padre está presente, éste no pasa con los hijos por término medio más de 1/3 del tiempo que la madre.

Existen diversas razones de ausencia tangible del padre: la muerte, la deserción del hogar, la paternidad ilegítima, la separación o el divorcio. La desaparición del progenitor es siempre traumática para el hijo. la ausencia paterna por otras causas, incluyendo la ruptura de la pareja, es considerada por los niños un rechazo evitable, y produce confusión, angustia, culpa, rabia y emociones profundas de desprecio o de abandono. en el fondo, todos los padres vistos por sus hijos se parecen. Todos son grandes de tamaño. Todos presumen ante los hijos de alguna virtud masculina. Todos imponen una tradición de conducta, de mandamientos, de ritos, y de prioridades. Todos se distinguen por impartir instrucciones; instrucciones a través de órdenes, de lecciones o de anécdotas. Todos se caracterizan por sus conversaciones breves y entrecortadas, diálogos en los que generalmente se dice poco, sobre todo en el caso de los hijos varones, en las charlas "de hombre a hombre". Todos, en fin, son sin saberlo, el objeto de una obsesión silenciada, conflictiva e irresistible en los hijos que a menudo dura toda la vida. Hasta el padre ya muerto mantiene su poder de influir a través de los recuerdos. Su imagen se conserva como una foto congelada que define al hombre, y , en cierto sentido, a la especie humana, para siempre.
Para el niño y la niña resultan vitales las primeras señales de aprobación, de reconocimiento y de afecto que les comunica el padre - unas veces de forma activa y otras meramente con su presencia -, porque constituyen la fuente más importante de seguridad, de autoestima y de identificación sexual. En el caso del hijo, entre estas tempranas escenas idílicas, se entrometen inevitablemente sombras inconscientes e inexplicables de celos, de competitividad, de resentimiento, y de miedo.
La relación entre el padre y el hijo lleva implícita una gran carga de sentimientos opuestos, de cariño, y de rivalidad, de confianza y de temor, de intimidad y de recelo, de amor y de odio.
En general, los hijos y las hijas necesitan el modelo paterno para formar su yo, para consolidar su identidad sexual, para desarrollar sus ideales y sus aspiraciones, y en el caso del hijo varón, para modular la intensidad de sus instintos y de sus impulsos agresivos. De hecho, muchos de los males psicosociales que en estos tiempos afligen a tantos jóvenes - la desmoralización, la desidia o la desesperanza hacia el futuro -, tienen frecuentemente un denominador común: la escasez de padre. Esta necesidad no satisfecha provoca en los hombres y mujeres adultos un sentimiento crónico de vacío y de pérdida, una gran dificultad para adaptarse al medio social y para relacionarse de forma grata con figuras paternales o de autoridad. Estado que no se disipa y que a su vez, ellos arrastran en silencio a sus relaciones de pareja, o de familia, y transmiten sin saberlo de una a otra generación.
En cierto sentido, los mitos, y las expectativas de nuestra cultura han colocado al padre ante una trampa insalvable: para que el hombre sea considerado "buen padre" tiene ante todo, que satisfacer su función de proveedor, lo que le obliga a pasar la mayor parte del tiempo fuera de la casa. Pero, al mismo tiempo, su ausencia del hogar tiende a producir en los niños problemas de carencia afectiva, confusión de identidad e inseguridad. Sin embargo, cada día hay más padres que sinceramente optan por un papel más activo y más tangible en la familia y sienten que, si fueran libres de escoger entre su ocupación profesional o dedicarse al hogar, elegirían lo último. Los padres se deshacen poco a poco de una imagen dura, distante y anticuada, y se convierten en seres más hogareños, expresivos, afectuosos, vulnerables y, en definitiva, más humanos.

Ante el miedo que muchos hombre experimentan, en el aflorar sus sentimientos y expresar sus emociones, se encierran en un mundo de aislamiento e indivdualismo que de alguna manera, puede generar la implantación de un patrón egoísta y ruptura en los lazos familiares y de pareja, ya que siempre se les enseñó la idea errónea, que los hombres no lloran y ante cualquier expresión de emocionalidad, sensibilidad y sentimentalismo, se estaría demostrando un toque de debilidad y femininidad. Que gran error!.

En conclusión, en la medida que cada uno dentro de la familia, aprende a expresar sus emociones, dando cabida a que el amor fraternal y conyugal crezca cada día, en busca de ser ejemplar ante ellos mismos, de fortaleza y de alimento emocional, cada vez se podrán enfrentar de mejor manera las situaciones que el mundo de "afuera" ofrece; ya que el en el hogar donde se retroalimentar la confianza, el amor, la armonía, que puede construir fortalezas en tiempos problemáticos. Es una tarea de aprender cada día a generar valor en los lazos de familia, ya que es allí, donde el ser humano se constituye fuerte y seguro para enfrentar la vida.  

La pareja Orgullosa


Érase una vez un joven que tenía fama de ser el individuo más terco de la ciudad, y una mujer que tenía fama de ser la doncella más tozuda, e inevitablemente terminaron por enamorarse y casarse.
Después de la boda, celebraron en su nuevo hogar un gran festín que duró todo el día.
Al fin los amigos y parientes no pudieron comer más, y uno por uno se marcharon.
Los novios cayeron agotados, y estaban preparándose para quitarse los zapatos y descansar cuando el marido notó que el último invitado se había olvidado de cerrar la puerta al marcharse.
-Querida -dijo-, ¿te molestaría levantarte para cerrar la puerta? Entra una corriente de aire.
-¿Por qué debo cerrarla yo? -bostezó la esposa-. Estuve de pie todo el día, y acabo de sentarme. Ciérrala tú.
-¡Conque sí! -regonzó el esposo-. En cuanto tienes la sortija en el dedo, te conviertes en una holgazana.
-¿Cómo te atreves? -gritó la novia-. No hace un día que estamos casados y ya me insultas y me tratas con prepotencia. ¡Debí saber que serías uno de esos maridos!
-Vaya -gruñó el esposo-. ¿Debo escuchar tus quejas eternamente?
-¿Y yo debo escuchar eternamente tus protestas y reproches?
Se miraron con mal ceño durante cinco minutos. Luego la novia tuvo una idea.
-Querido -dijo-, ninguno de ambos quiere cerrar la puerta, y ambos estamos cansados de oír la voz del otro.
Así que propongo una competencia. El que hable primero debe levantarse a cerrar la puerta.
-Es la mejor idea que he oído en todo el día -respondió el esposo-. Comencemos ahora.
Se pusieron cómodos, cada cual en una silla, y se sentaron frente a frente sin decir una palabra.
Así habían pasado dos horas cuando un par de ladrones pasó por la calle con un carro.
Vieron la puerta abierta y entraron en la casa, donde no parecía haber nadie, y se pusieron a robar todo aquello de que podían echar mano.
Tomaron mesas y sillas, descolgaron cuadros de las paredes, incluso enrollaron alfombras.
Pero los recién casados no hablaban ni se movían.
No puedo creerlo -pensó el esposo-. Se llevarán todo lo que poseemos, y ella no dice una palabra.
¿Por qué no pide ayuda -se preguntó la esposa-. ¿Piensa quedarse sentado mientras nos roban a su antojo?
Al fin los ladrones repararon en esa callada e inmóvil pareja y, tomando a los recién casados por figuras de cera, los despojaron de sus joyas, relojes y billeteras.
Pero ninguno de ambos dijo una palabra.
Los ladrones se largaron con su botín, y los recién casados permanecieron sentados toda la noche.
Al amanecer un policía pasó por la calle y, viendo la puerta abierta, se asomó para ver si todo estaba bien.
Pero no pudo obtener una respuesta de la pareja silenciosa.
-¡A ver! -rugió-. ¡Soy el agente de la ley! ¿Quiénes son ustedes? ¿Esta casa les pertenece? ¿Qué sucedió con todos los muebles?
Y al no obtener respuesta, se dispuso a golpear al hombre en la oreja.
-¡No se atreva! -gritó la esposa, poniéndose en pie-. Es mi marido, y si usted le pone un dedo encima, tendrá que responder ante mí.
-¡Gane! -gritó el esposo, batiendo las palmas-. ¡Ahora ve a cerrar la puerta!
William J. Bennett. El libro de las virtudes
Filipenses 2:3
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
Efe 4:1,2. 5:8-10.
“Yo pues, preso en el Señor, os ruego que ANDÉIS como es digno de la vocación con que fuisteis llamados; con toda humildad y mansedumbre. Andad como hijos de luz..comprobando lo que es agradable al Señor.
Mateo 20:25-27
25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad.
26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;