lunes, 23 de abril de 2012

Ataraxia - Desarrollando Resiliencia

Dentro de todos los factores que constantemente crean en el hombre la necesidad de desarrollar mecanismos de defensa, que lo impulsen a continuar, y no solo a eso, también a encontrar en cada elemento de presión y o dolor un factor de fuerza para potencializar los elementos del psiquismo  dirigirlos hacia el alcance de nuestras metas.


Dentro de estos factores, encontramos la ataraxia, un mecanismo psicológico que busca el equilibrio emocional  mediante la disminución o control de nuestras pasiones y deseos, fortaleciendo el carácter interno y potencializando el alma frente a la adversidad. Lo anterior se puede entender actualmente como resiliencia, sin embargo, la ataraxia ha sido conceptualizada en escuelas como la de los Estóicos, Epicureos y Escepticos, lo que nos lleva a apartar e interceptar de dicha enseñanza ataraxia, el poder que otorga el autocontrol, conduciendo al enfriamiento emocional, la dureza en el manejo de las emociones y los sentimientos, lo cual nos conduce a una polarización afectiva y emocional que para nada es buena, ni a nivel individual, ni a nivel grupal, matrimonial o de pareja.


En el enfoque que trataré en el presente artículo, se tratará la ataraxia, como mecanismo de canalización de las malas emociones, que llevan en algún grado a romper las relaciones sociales, afectivas y/o laborales, por el hecho de no conocer o identificar el umbral entre la sana manifestación emocional, y el descontrol y la reacción que afecta y daña desde lo emocional, psicológico y lo físico a un sujeto, donde inicialmente el individuo que carece de control termina siendo el primer afectado, en términos de violencia y agresión.


De acuerdo a los siguientes referentes, se puede ampliar el panorama sobre la ataraxia.


Según, Echegoyen j., Esta disposición del espíritu es muy parecida a la apatía propuesta por los estoicos e incluso muchos autores no creen necesario distinguirla. Sin embargo se pueden señalar algunas diferencias. Así, la apatía es más típicamente estoica y la ataraxia se encuentra con más frecuencia en las propuestas de los filósofos epicúreos y escépticos. La ataraxia, como la apatía, es el estado anímico que nos permite alcanzar la felicidad. Se consigue mediante la disciplina del apetito para que éste nos presente sólo deseos moderados, y tras aprender a aceptar los males y a renunciar a los deseos cuando sean imposibles de cumplir. El matiz más importante que separa la ataraxia de la apatía es que la apatía promueve la felicidad como consecuencia de la eliminación de las pasiones y deseos; por el contrario, la ataraxia lo hace mediante la creación de la fortaleza espiritual, fortaleza frente al dolor corporal y las circunstancias adversas. Aunque en el fondo los dos estados anímicos llevan a las mismas consecuencias: indiferencia o imperturbabilidad ante todo. Epicuro compara el estado espiritual de la ataraxia con el total reposo del mar cuando ningún viento mueve su superficie. 
    
  Finalmente, tanto un estado como el otro otorgan al sabio la libertad: libertad frente a las pasiones, afectos y apetitos, libertad ante la coacción de otras personas, libertad ante las cosas y circunstancias que se oponen a nuestros proyectos.

Dentro de nuestras conferencias y terapias de grupo o pareja, se utiliza la ataraxia como un elemento de la resiliencia, lo que permite construir o mediar por un individuo proactivo, que pueda ver en retrospectiva lo que genera el mal manejo de sus emociones y reacciones, desviándolo del objetivo o el alcance de su meta.


No olvidemos que dentro del mal manejo de las emociones, no solo están aquellas que se manifiestan por exageración de exteriorizaciones, como la cólera, la ira o la violencia en general; también debemos calificar como manifestaciones mal manejadas, aquellas que se comprimen, que por inhibir, refrenar, impedir  o retraer las emociones, se peca por omisión de alguna u ora manera.  Generando el mismo daño, en calidad de términos psicológicos, aunque con menor intensidad en lo físico. Pero en la actualidad, el 48% de los problemas emocionales, han sido generados por la violencia o presión psicológica que manifiesta la represión de la comunicación.  En este caso podemos situar a la pareja que ignora o reprime de información a su conjugue, ocasional una perdida de control emocional por omisión que de igual manera lleva a la exacerbación. Estos casos los vemos comúnmente en relaciones entre padres e hijos, entre esposos y/o grupos laborales, donde la persona que  pierde el control de sus emociones, suele ser la del problema frente a los ojos del primer análisis; no obstante se logra ahondar en las situaciones, donde dicha exacerbación ha sido motivada por la presión de una mala comunicación o de un mal manejo de información (lo que veremos en otro de nuestros artículos).


Por otro lado, Los conceptos de  resiliencia y resiliencialidad han emergido como conceptos holísticos, capaces de  convertirse en áreas interesantes de investigación, que exploran las capacidades personales e interpersonales y las fuerzas internas que se pueden desplegar  para aprender y crecer a través de las 
situaciones de adversidad. Podría decirse, siguiendo a Richardson (2002) que la resiliencia es una metateoría que integra o que abarca teorías comprendidas en diferentes disciplinas, entre las que se podrían destacar psiconeuroinmunología, filosofía, física, psicología, medicina oriental, neurociencias, ecología, sociología, antropología. Richardson (2002) habla de  resiliencia y  resiliencialidad como una metateoría que puede atraer en las profesiones de ayuda porque no se orienta a los problemas y también porque ofrece algunas libertades a los profesionales para explorar otras vías de ayuda.  


Dentro de la Ataraxia, Según Epicuro, existen dos clases de deseos: los naturales y necesarios, relacionados con la supervivencia, y los naturales no necesarios, que provienen de la cultura, política y vida social. La satisfacción de los deseos es lo que nos produce placer, que, para los epicureístas es lo que nos lleva a la felicidad, sin embargo, existen placeres que son completamente vanos y que nos producen un dolor mayor que el placer inicial, estos placeres producen intranquilidad y deben  evitados por la razón ya que nos alejan de la "ataraxia"La filosofía es una vía hacia la ataraxia, ya que esta es considerada también: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano». 


Para los estoicosla vía para llegar a la ataraxia es la virtudque para ellos consiste principalmente en adecuar los deseos propios a la racionalidad de la naturaleza (logos), aprendiendo a diferenciar las cosas que dependen de nosotros de las que no, ya que no tiene ningún sentido preocuparse por las segundas puesto que al hacerlo nos alejamos de la tranquilidad del alma. Para la Stoa también es necesario, en pos de encontrar la ataraxia, eliminar los miedos a Dios y la muerte y no quejarse por las inclemencias del destino. 


No Obstante, dentro de un enfoque cristiano, no se puede excluir el factor moral y espiritual de las convenciones estoicas que pretendían potencializar la metafísica apocando la verdad suprema. Los movimientos actuales que ofrecen terapias de auto control, liderazgo, emprendimiento y Auto superación, realizan un enfoque humanista, donde el mero modelo es la supremacía del Yo, la mente y el ello. 

Es imprescindible entonces, reconocer la importancia que todas aquellas herramientas como la Ataraxia y la resiliencia brindan al hombre un positivo control de sus emociones, siendo conocedores que toda programación y metodologías de auto control que excluyan el carácter espiritual y moral del direccionamiento en lo incontrolable por el hombre, va a dirigir a un solo fin .. como es el fracaso en el alcance constante y permanente de dicho auto control. Para ello podemos observar numerosos casos de personajes reconocidos que han probado lineas de conocimiento y métodos hacia el alcance de la paz interior, lejos de la verdad cristiana, logrando en un largo plazo, caer en un hoyo mas profundo solamente, ya que el vacío que Sólo Dios puede llenar, no lo lograrán llenar con estas herramientas... pues son solo eso... herramientas. Cuando dichas Herramientas buscan llenar dicho vacío o sustituir a quien lo llena. 

Ataraxia no es sinónimo de apatía 

Esta disposición del espíritu es muy parecida a la apatía propuesta por los estoicos e incluso muchos autores no creen necesario distinguirla. Sin embargo se pueden señalar algunas diferencias. Así, la apatía es más típicamente estoica y la ataraxia se encuentra con más frecuencia en las propuestas de los filósofos epicúreos y escépticos. La ataraxia, como la apatía, es el estado anímico que nos permite alcanzar la felicidad. Se consigue mediante la disciplina del apetito para que éste nos presente sólo deseos moderados, y tras aprender a aceptar los males y a renunciar a los deseos cuando sean imposibles de cumplir. El matiz más importante que separa la ataraxia de la apatía es que la apatía promueve la felicidad como consecuencia de la eliminación de las pasiones y deseos; por el contrario, la ataraxia lo hace mediante la creación de la fortaleza espiritual, fortaleza frente al dolor corporal y las circunstancias adversas.Aunque en el fondo los dos estados anímicos llevan a las mismas consecuencias: indiferencia o imperturbabilidad ante todo. Epicuro compara el estado espiritual de la ataraxia con el total reposo del mar cuando ningún viento mueve su superficie. 
Finalmente, tanto un estado como el otro otorgan al sabio la libertad: libertad frente a las pasiones, afectos y apetitos, libertad ante la coacción de otras personas, libertad ante las cosas y circunstancias que se oponen a nuestros proyectos. 

Articulo Escrito por: Marly Lobo (Management Consulting O.I.)